Y
mientras ellos sigan comprando ropa de la marca más cara para ir a
la última moda y llevando bufandas horribles y pantalones de
pitillos remangados para pescar, yo seguiré llevando mis pantalones
anchos de la talla 52 de carrefú y mi camisa abierta, sí, no hace
falta ponerse camisa solo para bautizos y comuniones.
Y mientras ellos sigan imitando a su futbolista favorita copiando ese tupé horrible que parecen pelucas con un par de mechas rubias platino, todo el cuerpo afeitado para tener un cutis impoluto y llevando pulseras de vírgenes o rosarios, yo seguiré con mi mismo pelo desaliñado, mis barbas de indigente policromada en roja y negra por naturaleza ( por favor, dejadla que crezca) y mis pulseras de corales, de cuero o de plástico, pero siempre que lleven los mismos colores: Rojo, amarillo y verde. Ah, y odiando a todos estos futbolistas.
Y
mientras ellos sigan escuchando su música de gansters de pacotilla o
al último popero comercial y viendo "peliculones" como la
saga A todo gas o 3 metros sobre el cielo, yo seguiré escuchando
verdadero rap, reggae, jazz, blues, country y cantautores ( Me hace
gracia esos sujetos, que dicen " pff que canción más antigua,
esa salió hace 2 años... yo sigo escuchando a Robert Johnson,
bluesman de los años 1936-1937) y viendo películas clásicas
autenticas como la soga de Hitchcock o el resplandor de Stanley
kubrick.
Y
mientras ellos sigan sintiéndose superiores por tener tatuajes de
imágenes chicanas, por drogarse los fines de semanas con sustancias
químicas o emborrachándose con cualquier alcohol de garrafón en
bares de poca monta, por tener su coche con esa música ridícula a
toda pastilla o jugando a ser quienes no son contando batallas de
peleas y narcotráfico para enloquecer a alguna niña inconsciente de
su estupidez, yo seguiré teniendo imágenes simbólicas en mi
interior como el León de Judah y mis tres colores que siempre me
acompañan, seguiré bebiendo litronas en mi ambiente, en esa misma
esquina, con mis verdaderos amigos, seguiré jugando a los mismos
juegos, esos juegos a los que pocos juegan y pocos entienden,
ajedrez, billar y mus, seguiré guardando mis batallas (reales) para
los que realmente saben de que roble estoy hecho y seguiré
solucionando problemas con la palabra.
Y
mientras ellos sigan leyendo cosas tan importantes como el Marca y el
As o revistas basuras y sigan rezando la muerte de Paul Walker, yo
seguiré leyendo poesía y entristecido por la muerte de Bob Marley,
Nelson Mandela o
Y
mientras ellos siguen soñando con ser famosos reyes del
narcotráfico, dormir entre castillos de dinero o diamantes en Los
Ángeles y tener todo el cuerpo tatuado, yo seguiré soñando en que
en un futuro sea la misma persona que ahora, la misma persona que no
quiere ser famoso, esa misma persona que sueña con vivir en algún
casa pobre y tranquila en algún poblado de África, y sí, quiero
tener dinero, pero para ayudar a esas personas de las que nadie se
acuerda, esas personas que mueren día a día por el hambre y por las
condiciones trágicas que le han condenado desde que nacen.
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