viernes, 23 de enero de 2015

Vita Detestabilis. Vol.6


Es tan triste como mirar a una estrella y que no te salude, a veces, despierto, sueño con el cielo de la noche para poder recitarle un poema a la luna, que ella me escuche, que ella me invada entre un espeso abrazo de color blanco, es triste... porque ella es inalcanzable, pero solitaria se siente sin más compañía que alguna estrella que no parpadea, pero ahí se encuentra, solo tienes que observar el cielo y observarla a ella, repito, es inalcanzable y también es bella, a veces mengua para dibujar en el cielo algo tan ancestral como ella misma, y hay otras veces en las que sigue en el mismo sitio, en el mismo lugar y a la misma hora, pero no se le ve, es invisible y se camufla en el infinito, quizás lo hace para llorar, hasta ella lo necesita, y pienso que más que ninguna otra forma existente, porque esta sola y es inalcanzable, aunque ella no quiere serlo y por eso llora, es perfecta. Es cierto, ella enamora, sus ojos plateados, su perfume de polvo, su forma de mirarte cada noche, su cuerpo blanco, su cuerpo rojo cuando está furiosa, ella enamora y se enamora, pero es inalcanzable, por eso llora...se parece a ti.
Es tanto el silencio...como escuchar solo el humo que se esfuma lentamente, a veces, cuando estoy así, en esta misma posición, solo escucho un leve TIC-TAC , o la piedra de un mechero al encenderse, es un silencio incómodo, pero me cautiva porque sé que en silencio es cuando más grito, el silencio no delata, tampoco otorga, el silencio transmite, no transmite más que silencio, transmite lo que el oído no puede escuchar ni los ojos ver, así como un árbol, silencioso, rígido, firme. Sí, un árbol es mudo, pero transmite, transmite silencio, aunque a veces canta acompañado del viento, pero su mensaje es el mismo, no lo podemos apreciar ni con los oídos ni con los ojos, pero sí con el corazón, al igual que la luna, un árbol enamora, un árbol que no es inalcanzable, en absoluto, pero es difícil entender su silencio aún sabiendo que quiere decirnos algo...él también se parece a ti.
Es tan dulce como el olor a café recién hecho, a veces, en noches como estas, en los que algo bello te resulta inalcanzable, en noches en las que solo escuchas el humo esfumarse, en noches que hasta lo más amargo te parece dulce y lo más amargo te parece dulce, aparecen fantasmas, fantasmas que quizás son recuerdos, comer palomitas de crío, aprender a columpiarte, leer cuentos entre llantos para poder comer lentejas, la primera bola de billar que sabías que iba a entrar, tantas cosas...tanta gente a la que quise, pocas a las que quiero, y otras que quise y de nuevo quiero. Todo esto es tan dulce y amargo a la vez, aunque en realidad no se cual es la diferencia entre dulce y amargo, entre blanco y negro, entre bueno y malo, entre calor y frío, las rosas, son rosas y son espinas; el mar es agua, es oxígeno, es sal; tiene gracia, conceptos que parecen opuestos y en realidad no lo son, tiene gracia, sí, un mismo ojo y diferente mirada, una sola mano y diferentes caricias, una sola palabra y numerosas sílabas, parece un puzzle al que le faltan cuatro piezas, sí, cuatro piezas concretas, la respuesta está en el silencio. Todo es amargo y todo es dulce, menos tu...que ayer eras dulce y hoy eres amarga.
Es tan oscuro como parpadear bajo la sombra de la madrugada, a veces, en la oscuridad se encuentra la luz, quizás es cierto y es la oscuridad lo que brilla, aunque ¿Qué es oscuridad? ¿Lo difuminado?
¿Una pluma empapada de tinta? ¿La lágrima de una persona mayor? ¿Un pensamiento? ¿Una ciudad aún sin pisar? quizás la oscuridad lo sea yo, quizás lo seas tu, o tal vez la impotencia, el silencio, lo dulce y lo amargo, la luna inalcanzable... Quién sabe, quedan tantas cosas por aclarar o oscurecer...Puede que esté todo aclarado y yo aún no me he enterado, porque todo esto es silencio, porque todo esto transmite, pero ni los ojos ni los oídos pueden descubrirlo, porque todo esto es oscuro y amargo, porque todo esto eres tu...y se te parece.

Los árboles lloran ceniza en forma de hoja
la veo caer, la veo llorar y morir
tan solo una hoja,
tan solo una chica.
Ella es el árbol y yo la hoja.


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